LA CUMBIA VILLERA, COMO FACTOR DESVALORIZANTE DEL SEXO FEMENINO

Por: Camila Xiomara Ansaldo A pesar de que el origen de la música resulta desconocido a ciencia exacta, debido a que en primera instancia no se utilizaban instrumentos para crearla, sino que se generaba con la voz humana y la percusión corporal, existen diversas teorías que le otorgan el descubrimiento de la misma a Pitágoras. El filósofo y matemático griego que, de acuerdo a lo dicho por las versiones oficiales, nació "antes de Cristo", al detenerse a escuchar el ruido del viento, de las aves y al inmenso mundo de sonidos que surgen de la naturaleza en sí, diferenció las melodías que allí se producían y le dio nombre a la escala musical occidental de siete notas como hoy la conocemos. Con el transcurso de los años, los compositores, que fueron conjugando distintos órdenes a las melodías, construyeron múltiples estilos musicales. Con ellos, llegaron sus seguidores, aquellos que tomaron las canciones y a los integrantes de las bandas como una parte esencial de sus vidas. La música, logró introducirse en la cotidianeidad de las sociedades a nivel mundial, como una manifestación de las problemáticas propias de cada cultura en la que convivían los compositores. Argentina, particularmente, desde su creación como República, cuenta con grupos emergentes de gente con lecturas críticas, que no se conforman con los ideales establecidos y que buscaron dejar sus huellas en la historia, según explica Juan Sebreli en la "Crítica de las ideas políticas argentinas" publicado en el año 2003. El primer ejemplo de esto, se puede visualizar cuando las políticas externas del período colonial llevaron a un complejo proceso de mestizaje, dándole origen a los primeros géneros pertenecientes a una música tradicional criolla. Allí, el deseo de independencia estimuló la búsqueda de una identidad propia. Según la información plasmada en la página web oficial de la Casa del Bicentenario, correspondiente a Nación, entre "el apoyo del gobierno rosista a ciertas expresiones, y las elaboraciones cultas del folklore de la generación de 1880, el siglo XIX preparó la inminente consolidación de una cultura musical nacional", en la que los argentinos reflejaban sus pensamientos acerca de sus vivencias y padecimientos. Luego, fue el surgimiento del tango el que hizo visible las realidades que atravesaban los criollos a orillas del Río de La Plata, junto con los inmigrantes europeos que se exiliaban de las crisis de sus países natales. Problematizaron esto los profesores María Elena Larrègle, Martín Eckmeyer y María Paula Cannovae de la facultad de Bellas Artes correspondiente a la Universidad de La Plata, en su artículo titulado "Historia de la música en América Latina". En él, agudizan acerca de cómo a partir de los cambios que fueron afrontando los argentinos, fueron surgiendo distintas maneras de expresión popular. Desde la música de protesta, el rock más pesado de la mano de Pappo, y la cumbia reversionada de la originaria de Colombia, el ciudadano argentino se caracteriza, entre otras cosas, de buscar distintos caminos para hacerse oír. Motivos, existen de sobra: desigualdad, inseguridad, drogas, prostitución, pobreza, son sólo algunas de las instancias que se dan entre los sectores más vulnerables. A pesar de los adjetivos negativos con los que el grueso de la sociedad calificó a aquellos que explayaron mensajes contrarios a los ideales dominantes, como sucedió con las comunidades hippies durante los años '60 y 70, hubo un grupo en particular que generó una gran polémica que cualquier otro, la denominada "cumbia villera". Connotaciones a hechos sexuales, bailes eróticos y exaltación de atributos físicos predominan en las canciones de esta cumbia argentina. Pero, ¿de dónde surge todo esto? Las crisis económicas que afectaron a la Argentina entre los años 1989 y 2002, trajo consigo una gran desigualdad social, que se vio contenida ante un género musical que, con sus letras, reflejaban los modos de vivir a los que se encontraban expuestos. Como explica Pablo Seman, antropólogo social, en una entrevista para página 12 a comienzos del corriente año, "la cumbia villera es un género que vino a imponer una ruptura con el estilo paródico y glamoroso de cumbia que se había impuesto con el menemismo. Las letras empezaron a ser más duras, crudas y a reflejar temáticas sexuales. En los barrios las cosas se pusieron duras y la música lo testimonió". Uno de los puntos en discusión, fue su mensaje orientado hacia la mujer, donde se la describe como un objeto netamente sexual, muchas veces disfrazado de amor. Pero esto, no responde únicamente a un pensamiento que se centraliza entre los creadores y seguidores de la cumbia villera. El sistema patriarcal, que atraviesa al mundo desde el comienzo de los siglos, tiene una historia mucho más compleja. Al recortarlo a un sector, implicaría abordar la situación de forma incompleta. La construcción del sentido común se encuentra en discusión desde hace ya varios años y corresponde a una problemática mundial. Por ejemplo, la Escuela de Frankfurt, en su "Teoría crítica" llevada a cabo en Estados Unidos durante los años '20, ya cuestionaba el hecho de que las sociedades hayan sido llevadas a un estado de deshumanización, que atentaba contra las construcciones sociales en conjunto. Uno de estos factores, son los que llevaron a normalizar conceptos que comprenden a las mujeres como inferiores ante el hombre. Los hechos sociales, tal como los conocemos, a pesar de encontrarse en constante debate en los últimos años, aún se encuentran influenciadas por perspectivas netamente patriarcales. El ideal que comprende al padre de familia como sostén económico del hogar, que lo ubica sentado en la punta de la mesa como denotación de poder, y que ve la mujer como destinada a ser ama de casa, dedicada sólo a sus hijos, y dependiente económicamente y existencialmente a las decisiones de su "esposo", corresponden a una imposición de cierto tipo de relaciones caratuladas como "normales" Estas construcciones, se repiten de manera casi constante e inconsciente entre el común de los ciudadanos. Por ende, no llama la atención entre los sujetos que se describa abiertamente los atributos físicos de las mujeres con tanta vulgaridad y con lenguajes obscenos. De hecho, el acoso callejero y laboral, entre tantos tipos de acosos frecuentes, es una acción que se ignora, se acepta y se calla entre los individuos que lo precisan, justamente por estas influencias que lo llevan a denominarlo como parte de la "realidad". A través de construcciones que buscan mostrarse como "picarescas", los autores de la llamada "cumbia villera", favorecen la reproducción de un mensaje que ayuda a mantener el status quo de las sociedades patriarcales. "Damas Gratis" por ejemplo, fue una de las primeras bandas en saltar del anonimato a la fama dentro del género, mediante composiciones machistas. Ya con el pseudónimo elegido, evidencian cómo buscaron captar la atención de los hombres principalmente, ante un juego de palabras que promete una accesibilidad hacia las mujeres. La canción más conocida de este grupo tropical, liderado por Pablo Lescano, y composición por la cual se ganó su popularidad, fue "Laura". En ella, una de las estrofas dice: "¡Laura! /siempre cuando bailas a ti se te ve la tanga / y de lo rápida que sos / vos te sacas tu tanga / vos te sacas la bombachita / Y le das para abajo pa' bajo". Esto, es una muestra de cómo la sociedad argentina acepta y considera gracioso describir al físico femenino cuando se connota con lo sexual. Se habla de "tanga" y no de bombacha, por ejemplo, ya que ese término se asocia a una prenda pequeña que deja entrever o resaltar más a los atributos femeninos que otras. Además, se construye un ideal de que existe una "mujer rápida" que podría asociarse con los conceptos de "mujer fácil", "mujer que sale con muchos hombres", "mujer provocativa", "mujer que desvaloriza". Pero, ¿Quién dice que eso sea así? ¿Por qué si alguien de sexo femenino decide salir con varias personas y no casarse en primera instancia, se asocia con ser "fácil"? ¿Qué es ser fácil? ¿Por qué al bailar se "provoca" a los hombres"? ¿A qué los provoca? ¿Por qué el comportarse de una determinada forma sería "desvalorizarse"? ¿Se califica de la misma forma a los hombres que optan por acciones de este estilo? Estas preguntas, ayudan a desentramar estas imposiciones sociales que se encuentran naturalizadas, ya que llevan a cuestionarse cómo es posible que existan tantos calificativos para lo que hacen las mujeres, y cómo a su vez escasean los que catalogan a los hombres. Otro ejemplo de la reproducción de este ideal en la música de "Damas Gratis", es la canción "Tu tatú". En él, Lescano describe la siguiente situación: "Me vuelve loco tu tatoo, el que tenés cerca del cú / Me vuelve loco tu tatoo, mira que sos hija de pú / Tu tatoo me tiene exitado mami tú te mueves mira de lado a lado / Mueve tu culito tú ya de costado / Tú sabes que todos los hombres te han mirado / Mirar tu tatoo, me vuelve loco / Menea para abajo, poquito a poco, menea para atrás y te pongo a gozar." Al analizarla, uno puede imaginarse a un hombre, que observa detenidamente la parte baja de la espalda de una mujer, mientras piensa en hechos sexuales que fantasea realizar con ella. La insulta, tratándola de "hija de pú" por saber que "ya todos los hombres la han mirado". Se refiere a la mujer como un objeto sexual, que actúa pensando en lo que los varones pensarán de ella y que está al tanto de que con eso puede provocar reacciones en ellos, como el querer tener sexo con ella, y que por ende, no debería de negarse a consumar el coito. Pero como mencionábamos anteriormente, esta construcción realizada en torno a la mujer y sus actitudes, son antañas al surgimiento de la cumbia, y se reproduce de manera constante. De hecho, fue el mismísimo Presidente de la Nación, Mauricio Macri, quien al ser consultado por el acoso callejero que padece 8 de cada 10 mujeres, declaró que "a todas las mujeres le gustan que le digan un piropo, así sea 'que lindo culo que tenes'". Entonces, mediante la aceptación de este tipo de declaraciones, de los programas televisivos donde las cámaras hagan un extra zoom en las colas de las participantes, de la calificación despectiva de las mujeres por su vestimenta y actitudes, y de la individualidad e ignorancia que no lleva a relacionar estas circunstancias con el padecimiento que sufre el sexo femenino al encontrarse sumergido en una sociedad que lo juzga constantemente, es lo que conduce a que muera una mujer cada 13 horas como víctima de violencia de género sólo en la Argentina, y que nadie se espante. Por ende, en este sentido, se debe correr el foco que enjuicia las construcciones de la cumbia villera, al considerarlas como el producto de los padecimientos de los sectores más vulnerables, y expandir la mirada para poder observar que esta manifestación cultural simplemente reproduce aquellas cuestiones inmersas dentro de la sociedad que considera al machismo como normal, y que de distintas formas, se encuentra presentes en todos los ámbitos sociales.

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